Declaración Doctrinal

Introducción.- A continuación detallamos nuestras doctrinas fundamentales que sostenemos como Seminario Bíblico de la Unión Cristiana Evangélica.

 

Las Sagradas Escrituras.- Es la palabra de Dios, única regla de Fe, revelada, inspirada, iluminada por el Espíritu Santo, constituido por el Antiguo y Nuevo Testamento en su totalidad de 66 libros. Por tanto, aceptamos la autoridad final de la Palabra infalible e inerrante de Dios como nuestra guía y norma de fe y de conducta en todos los asuntos de la Salvación y la vida Mt.22:29; Mr. 12:24; 7:13; Lc. 24:27; Jn. 5:38; Hch. 17:11; 2Ti. 3:15, 2P. 1:19-21; 3:16;  2Co. 2:17; Heb. 4:12; 1Ts. 2:13.

 

La Trinidad.- Doctrina distintiva de la fe cristiana, que reconoce a un solo Dios Trino; Revelado en: El Padre, El Hijo y el Espíritu Santo, el cual es Verdadero , Eterno  e invisible, de infinito poder, sabiduría y bondad, sustentador de todas las cosas creadas y conservador de todas las cosas, tanto visibles como invisibles. Mt. 3:16; 28:19; 1Co. 12:4-6; 2Co.18:14; Ef. 1:3-14; 4:4-6.

 

Dios Padre.- Primera persona de la trinidad, un Ser Supremo, Eterno, Omnipotente, Omnisciente, Omnipresente, cuyos atributos caracterizan el Ser Dios. Este  nombre expresa que, El es Creador de Todos y Padre por adopción de todos los elegidos. Dios es nuestro Padre Creador cuyo nombre es Jehová. Dt. 32:6; Is.63:16; Lc.3:38; Jer.31:9; Mt.6:6-9; Jn. 4:23; Ro.8:15; Gá. 4:6; 1Co.8:6; 1P. 1:17; 2Co. 6:18; Ef. 4:6.

 

Dios Hijo.- El Señor Jesucristo es la segunda persona, concebido sin pecado por obra del Espíritu Santo en la virgen María. La divinidad y la humanidad se manifestaron en una sola persona, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, Is.7:14; 9:6; Jn. 5:20; 17:2; Mt.28:18; Ap. 1:8; Jud. 24:25.

 

Dios Espíritu Santo.- Tercera persona de la Trinidad. El, procede del Padre y del Hijo, siendo una misma sustancia, majestad y gloria con ellos. Jn.14:26; 16:7-13; Ro.8:26; 1Co.12:11; Heb.5:3-4; 9:14. Por medio del Espíritu los que reciben a Cristo (creyentes) son regenerados y hechos hijos de la Familia de Dios, Jn. 3:3-6; Tit.3:5 Jn.1:12; junto con la salvación y regeneración el creyente recibe el bautismo (es una realidad no es una experiencia, quiere decir, que sucede una vez, no se vuelve a repetir, a esto se le llama la santificación posicional) del Espíritu Santo que es su identificación en el cuerpo de Cristo, Gá. 4:6, 3:14; 1Co. 12:13; por nuestra posición en Cristo ya somos santificados, apartados para la gloria de Dios 1Co.6:11. El Espíritu Santo mora para siempre en el cuerpo del creyente, Ef.1:13-14, que es templo del Espíritu Santo. Jn. 14:16-17; por medio del Espíritu los creyentes son santificados progresivamente (santificación progresiva práctica o diaria) con el propósito de transformarnos a la imagen de Cristo, 2Co.3:18. La evidencia de esta obra progresiva se demuestra en el fruto del Espíritu  Gá. 5:22-23. Este proceso se acelera cuando el creyente goza de la plenitud del Espíritu Ef. 5:18. Pero, un día seremos transformados completamente cuando él venga por su Iglesia en las nubes. (Santificación o glorificación final)

 

La caída del hombre.- Como consecuencia del pecado, la raza humana se encuentra destituida de la gloria de Dios, necesitando el nuevo nacimiento, es decir, la regeneración individual por la fe en el Señor Jesucristo  Ro. 3:23; 5:12; 18: 19; Jn. 3:3,5,6; 1:12-13; Tit.3:4-7.

 

La Muerte de Jesucristo.- Es la obra expiatoria y sustitutiva del Señor Jesucristo ofrecida en la cruz que derramó su sangre en propiciación a Dios como precio de la redención del hombre, para reconciliarlo con Dios de su condición de indigno pecador y librarlo del poder de Satanás, del pecado y de la muerte. Ro. 3:24-26;  Heb.1:3; 2Co. 5:18-19; Col.1:19-22: 1P.1:18-19; Heb.2:14-15; Col.1:13-14; Lc.8:16-39; 11:14-23.

 

La Resurrección.- Es la doctrina fundamental de la fe cristiana, basada en la resurrección corporal de nuestro señor Jesucristo de entre los muertos, en su ascensión a la Gloria de Dios y una promesa infalible para los cristianos, como sumo sacerdote en favor de los regenerados. Mt.28:5-6; Mr. 16:6, Ro. 6:9; 8:34, 1Co. 15:3,4-20.

 

La Segunda Venida.- Es la manifestación personal, corporal, pública, poderosa Gloriosa y pre-milenial del Señor Jesucristo, la primera fase comprende el retorno inminente o arrebatamiento/rapto (Pre-tribulacional) Hch. 1:11, Ap.1:7; 1Ts.4:13-17.

 

La Salvación.- Es la recepción de una nueva vida divina, segura y eterna concedida a los regenerados por la gracia de Dios y la Justificación por la Fe, Ro.5:1 sin obras de la Ley. Por el contrario, afirmamos la perdición eterna de quienes individualmente no depositan su fe en Cristo, Jn. 5:24; Ro. 6: 23.

 

Relación del creyente con la sociedad y el mundo.- Durante la peregrinación en este mundo, el creyente debe estar en contacto con la sociedad, con el fin primordial de dar testimonio a los inconversos  y ganarlos para Cristo, Jn 17:15-21; además el creyente debe amar a su prójimo y hacer todo lo posible para su bienestar integral, Mt. 22:39; 5:13-14; Lc. 10:30:37. Sin embargo en su relación con el mundo 1Jn. 5:19-21, debe separarse de todo lo pecaminoso, 1Jn. 3:8-10, de la mundanalidad, es decir de todas aquellas costumbres y actividades que están reñidas con la voluntad y santidad de Dios, que conducen al pecado, Ro. 12:1-2; Stg. 4:4; 1Jn. 2:15-17; y de las obras de la carne, Col. 5:12-21 reconociendo que la iglesia de Cristo que en forma anticipada representa el Reino de Dios, Mt. 16: 17-19.

 

Mayordomía.- Es la administración de todos los bienes materiales e inmateriales que poseemos, (capacidad, dones, talentos, tiempo, dinero.etc.); para el servicio y la gloria de Dios, como buenos administradores de los bienes que Dios ha puesto en nuestras manos. 1Co. 4: 1-2-7; 12:28: 2Co.9:6-7: Ef. 4:11-12; 1P. 4:10.

 

El Bautismo.- El bautismo es un acto público de fe en Jesucristo por inmersión en agua, como obediencia a un mandato y símbolo de la muerte y resurrección del Señor Jesucristo y del cristiano,  Mt. 28:19; Ro. 6:4-13. Es un testimonio de la identificación con Cristo en su muerte y resurrección y su identificación con la Iglesia local.

 

La Santa Cena.- La Santa Cena es un acto, en la que participan los miembros bautizados en plena comunión, como acto rememorativo de la muerte expiatoria del Señor Jesucristo y la comunión del creyente con Dios simbolizados en el partimiento del pan y el vino, hasta que Él venga por su Iglesia. Mt.26:26-28; 1Co.11:23-26.

 

La Predicación del Evangelio.- Es la gran comisión de nuestro Señor Jesucristo a su iglesia, lo cual implica proclamar el evangelio y hacer discípulos, Mr16:15; Mt. 28:19-20; Hch. 1:8, 8:4; Ro. 10:8-17; 1Co. 9:16; 1P 2:9.

 

La Iglesia.- Es el cuerpo de Cristo, formado por la universalidad de los creyentes unidos por la acción fraternal del amor y la unidad de fe cuyo organismo vivo es guiado por el Espíritu Santo, bajo la dirección del Señor Jesucristo, Mt. 17:18; Ef. 1:22-23. Su propósito es: Evangelizar, Discipular, Adorar a Dios, la Comunión y la Diaconía.

 

Dones.- Para el desarrollo del ministerio de la Iglesia, solamente el Espíritu Santo da dones a cada creyente, 1Co. 12:7-11,18. Los dones son para la edificación mutua del cuerpo de Cristo Ef. 4:11, de tal manera que cada creyente con un Ministerio específico en la misión total de la Iglesia y así edificarse en amor.

 

Liturgia.- Reconoce y práctica una liturgia bíblica que glorifica a Dios y edifica a la Iglesia, Sal.47:6,7; 1Co. 14:40; Ef.5:19-20; Col. 3:16.

 

NOTA IMPORTANTE.- Debemos estar involucrado en el evangelismo o en la evangelización, tratando de convencer a las personas por medio de la predicación, de la necesidad de ser salvos.  El hombre es activo para la salvación, para lo cual debe creer para ser salvo.  Dios no está predestinando a las personas para la condenación.